De acuerdo a varias fuentes, lo primero que dijo Trujillo al enterarse del asesinato de las Hermanas mirabal fue: “Que vaina me han echado”!
Introducción:
El trágico asesinato de las hermanas Mirabal ha estado envuelto durante mucho tiempo en la supresión y narrativas moldeadas por disidentes anti-Trujillo. Cuestionar las cuentas predominantes se vuelve imperativo, especialmente dadas las contradicciones en los testimonios y la participación de agentes de la CIA como Plató Cox en la recopilación encubierta de inteligencia para la agencia.
Nos planteamos la pregunta sobre por qué el testimonio de Pupo Román, donde se afirma que el asesinato de las hermanas Mirabal fue una orden de Imbert Barreras y Amiama Tio, no fue investigado, según varias fuentes. Resulta intrigante que Trujillo se atribuyera la culpa inmediatamente, cuando la mayoría de los homicidios de alto perfil tardan años o décadas en resolverse basándose en hechos concretos.
Además, nos preguntamos por qué los historiadores han mostrado reluctancia para indagar en el papel de Plató Cox, un agente de la CIA que desempeñaba una función dual, colaborando con Trujillo mientras realizaba trabajos encubiertos de recolección de inteligencia para la CIA. Según diversas fuentes, Cox se comunicó con Amiama Tio en 1960, informándole que Estados Unidos no podía intervenir en el asesinato de Trujillo hasta que se produjera un evento de desestabilización contra su gobierno.
Cabe destacar que un colaborador de Cox fue entrevistado por la cadena de televisión CBS en marzo de 1960 en la República Dominicana, como parte de un programa patrocinado por la CIA para recopilar información sobre Trujillo y promover la propaganda anti-Trujillista, preparándose así para su eventual asesinato. Meses después, en noviembre de 1960, las hermanas Mirabal fueron asesinadas, y rápidamente, todos los dominicanos anti-trujillistas exiliados atribuyeron el acto a Trujillo. Resulta significativo que muchos de estos exiliados hubieran estado recibiendo fondos de la CIA para llevar a cabo actividades de propaganda anti-Trujillo en Latinoamérica y Estados Unidos.
Analicemos los datos:
1. ¿Archivos de la CIA?
La existencia de un archivo clasificado de la CIA sobre el asesinato de las hermanas Mirabal plantea preguntas. ¿Qué información se oculta y por qué no se ha desclasificado?
2. Voluntad de los “héroes” en asesinar a una mujer?
El documento desclasificado que revela la disposición de la CIA y los “héroes” dominicanos para asesinar a la amante de Trujillo plantea inquietudes. ¿Esto arroja luz sobre la credibilidad de Imbert Barreras y Amiama Tio al negar la colaboración de la CIA en el asesinato de Trujillo?
3. Los informes contradictorios y mentiras parciales reportadas a lo largo de la historia.
Este artículo de periódico, fechado en junio de 1961 y publicado después del asesinato de Trujillo, informa lo siguiente:
“Entre las personas entrevistadas por el comité de la OEA (que envió un equipo investigador en junio de 1961) se encuentran los esposos de las tres hermanas Mirabal, quienes fueron asesinadas el año pasado junto con su conductor en un accidente de jeep. Muchos dominicanos se han cuestionado si sus muertes fueron realmente un accidente. Se ha difundido un rumor generalizado de que los esposos se habrían ahorcado frente a sus esposas. ¿Cómo podrían haber sido linchados ante sus esposas, dado que estas ya estaban muertas, y si los esposos fueron asesinados después de la muerte de Trujillo? Esto ejemplifica la fabricación de mentiras que continuamos desentrañando en nuestras investigaciones.
4. Testimonio de la madre de las Hermanas Mirabal.
Detrás de mujeres sorprendentes como las hermanas Mirabal, siempre hay una madre aún más sorprendente. La señora Mercedes Mirabal demuestra esto cuando oyó que la muerte de no sólo sus hijas, sino también la de su marido e incluso la de ella misma habían sido malinterpretadas y sacadas de contexto. Ella negó que ella, su esposo y sus hijas fueron asesinados por Trujillo o su gobierno, declarando: que eran “Informes sensacionalistas” de fuentes de exiliados y “especulación bruta”.
La señora Mirabal se refería a los dominicanos exiliados como un líder del movimiento anti-Trujillo de Nueva York; el sobrino del esposo de Minerva Mirabal: Guido D’Alessandro que en el día del asesinato acuso sus muertes como un triple asesinato, posiblemente, hecho por los hombres de Trujillo. Uno tiene que preguntarse, ¿cómo puede alguien hacer tal conclusiónes apenas unas horas después de su muerte? ¿Qué es lo que realmente sabían!
Escrito por Wendy Santana para el Listin
La ultima que vio a las Mirabal!
“Miriam Morales asegura que el día que mataron a estas mujeres, detrás de ellas venía un carrito azul con una persona que aún está viva y que es un alto oficial retirado.”
Miriam Morales no ha visto el libro de Angelita Trujillo y asegura no haber tenido ninguna relación cercana con esa familia, pero coincide con ella en la teoría de que Rafael Leónidas Trujillo no mandó a matar a las hermanas Mirabal.
Esta amiga de las heroínas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, revela que las vio en Puerto Plata el día que las mataron y que detrás de ellas venía un carrito azul con una persona que aún está viva y es un alto ofi cial retirado.
Esta mujer que, al igual que las mártires sepultadas hace 50 años, sufrió en la cárcel La 40 las inclemencias del mal olor a defecación y el ver a sus amigos conjurados destrozados del dolor que les producían los golpes, corrientazos eléctricos y uñas de los pies sacadas a sangre fría, atribuye ese crimen a otras personas.
Ella asegura que algunos de los héroes del ajusticiamiento del dictador tuvieron que ver con el crimen. Por sostener esa apreciación Miriam ha sido criticada por sus propios compañeros del movimiento 1J4, quienes la califi can de una mujer valiente que igual que las otras sufrió y luchó por la liberación del pueblo dominicano, pero que después se desvirtuó.
Luego de contar las tantas veces que el Servicio de Inteligencia Militar intentó conquistarla para que delatara a sus compañeros y lo fi rme que se mantuvo en todo momento y que nunca se doblegó ante Trujillo, esta mujer pasa al capítulo de lo que ella llama “la verdad”. “Mira, yo te voy a decir la verdad. El poder estaba detrás del trono. A Trujillo lo entretenían de fi esta en fi esta para mantenerlo contento, pero eran los otros los que mandaban. Su hermano, (al que no identifi có) era uno de ellos. Él quería el poder y quería matar a Trujillo y Trujillo lo quería matar a él, eran enemigos”.
“También estaba el otro, el que tenía más poder, Jhonny Abbes, que era el que decidía todo y Trujillo de fi esta en fi esta y buscando mujeres y entretenido por ahí”, dice.
“El mismo día que las mataron yo hablé con ellas. Ellas venían bajando y fue Dios que me mandó a ver porque a la niña mía un muchachito le había dado con un tirapó y ella gritó tanto y yo le dije vamos a ver si el muchachito está ahí, y cuando estoy en la carretera, frente a la Quemazón, viene ese vehículo y se para ahí, era de un general”.
“Bueno, la cuestión es que nos paramos a hablar y ellas me dijeron Miriam, ya no vamos a tener más viajes (desde Salcedo) porque conseguimos una casita aquí. Yo recuerdo que al chofer que andaba con ellas lo mataron también. Pero mira como fue que lo hicieron, primero las durmieron, le pusieron una inyección con el veneno y después la tiraron para simular un accidente.
Al médico que lo certifi có lo mataron porque él sabía inmediatamente como fue. Los golpes de los palos se lo hicieron cuando las tiraron”.
Miriam Morales no defi ende propiamente las acciones de Trujillo, pero cree que más crueles eran los que estaban detrás de él.
“Mataron a mujeres inocentes para echarle una vaina a Trujillo, pero verdaderamen te el hermano de él era el que tenía el poder”, reafirma Miriam Morales.
Cuando se le pregunta a qué cree que se debe el espíritu revolucionario de los puertoplateños, dice que muchos tenían comunicación con gente de Cuba, como sus padres y muchos de sus vecinos, quienes pensaban que se podía vivir mejor sin el dictador que tenían.
Con un militar para saber un poco más.. Miriam Morales tuvo cinco hijos: Claudio, que vive con ella; Carlos, que reside en la capital, y Bolívar, quien murió en un alegado accidente de tránsito, pero que ella asegura que fue parte de la persecución a su familia, tras el asesinato a Rafael Trujillo.
Antes que a estos varones procreó a dos hembras. La primera ya estaba nacida cuando estuvo en la cárcel La 40, y la segunda la engendró con un militar posterior a su liberación y por lo cual también fue mal vista por los miembros del movimiento 14 de Junio, al entender que se estaba uniendo al enemigo.
Pero ella lo ve de una manera diferente y lo explica así: “Yo tenía una niña cuando estuve la cárcel, la primera, que el papá era de Santiago. Y la otra, la más chiquita, que era de otro, con el que me metí yo para averiguar muchas cosas de Trujillo también y me salió una niña”.
“Mi mamá hizo un nido y guardaron ahí las armas porque estaban esperando el desembarco de Luperón”.” Miriam Morales, sobreviviente de la cárcel de La 40.
Conclusión:
Reevaluar el asesinato de las hermanas Mirabal requiere un examen imparcial de los registros históricos, los testimonios y el contexto geopolítico. Desentrañar las complejidades que rodean este evento crucial contribuye a una comprensión más completa de la historia dominicana durante la era de Trujillo.
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